Helena Panizo
A
poco más de 320 kilómetros de Lima se encuentra Ica, cuna del pisco pero también
de populares dulces como las tejas y chocotejas. En la ciudad no son pocas las
casas reposteras encargadas de su elaboración. Sin embargo, dos de ellas
destacan por sobre el resto: “Sra. Buendía” y “Helena”, esta última con una
historia particular, llena de azúcar, manjar y chocolate.
Con
una vida hecha y luego de dar a luz a su séptimo hijo, Elena Soler de Panizo
decidió darle un mayor sentido a su vida. Animada por su esposo Jorge, se
inició en la repostería, en la “repostería fina”, dice. Para ese entonces, sus
creaciones ya eran conocidas en las reuniones familiares y se preguntó: “¿por
qué no las vendo?”
Entonces empezó con
los toffees y luego vendría su famoso ‘pecanroll’ (un enrollado de chocolate,
pecanas y toffe). En ese entonces su cocina se había convertido en un pequeño
taller. “No había necesidad económica, lo mío pasaba por un tema de escasez de
cosas
finas, de dulces, etcétera”
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