viernes, 17 de octubre de 2014

Helena Panizo
 
A poco más de 320 kilómetros de Lima se encuentra Ica, cuna del pisco pero también de populares dulces como las tejas y chocotejas. En la ciudad no son pocas las casas reposteras encargadas de su elaboración. Sin embargo, dos de ellas destacan por sobre el resto: “Sra. Buendía” y “Helena”, esta última con una historia particular, llena de azúcar, manjar y chocolate.
Con una vida hecha y luego de dar a luz a su séptimo hijo, Elena Soler de Panizo decidió darle un mayor sentido a su vida. Animada por su esposo Jorge, se inició en la repostería, en la “repostería fina”, dice. Para ese entonces, sus creaciones ya eran conocidas en las reuniones familiares y se preguntó: “¿por qué no las vendo?”
Entonces empezó con los toffees y luego vendría su famoso ‘pecanroll’ (un enrollado de chocolate, pecanas y toffe). En ese entonces su cocina se había convertido en un pequeño taller. “No había necesidad económica, lo mío pasaba por un tema de escasez de cosas
finas, de dulces, etcétera”

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